Un hombre conocido como “el paciente de Ginebra” muestra signos de remisión del VIH a largo plazo después de recibir un trasplante de médula ósea, un caso particular que abre nuevas posibilidades para la investigación.
La novedad es que la médula ósea que recibió este enfermo carece de una mutación que ya ha sido detectada por los científicos, y que logra bloquear el virus del sida.
Su caso fue presentado en Brisbane, antes de la Conferencia de la Sociedad Internacional del SIDA que comienza el domingo en Australia.
Previamente otras cinco personas ya habían sido consideradas como probablemente curadas del virus del SIDA, tras haber recibido un trasplante de médula ósea.
Todos los pacientes curados tenían una situación muy particular en común: sufrían de cánceres en la sangre y se beneficiaron de un trasplante de células madre que renovó profundamente su sistema inmunológico.
Pero en todos esos casos, su donante presentaba una rara mutación, de un gen conocido como CCR5 delta 32, que previene la entrada del VIH en las células.
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