Pese al exponencial desarrollo inmobiliario que está viviendo actualmente Tulum, donde palapas de todos los tamaños son parte de los desarrollos tanto hoteleros como residenciales y son sinónimo de un estilo rústico, los artesanos locales dedicados a su elaboración aseguran que la bonanza económica no llega a ellos.
Y es que los palaperos locales se han visto desplazados por personas foráneas que -aseguran- abaratan este trabajo que en años pasados era sustento de decenas de familias en el noveno municipio.
Fulgencio Caamal contó que este oficio lo aprendió de su suegro, don Felipe, palapero pionero de Tulum, y ha visto cómo se ha ido aminorando la demanda de esta actividad debido a que gente de otros estados construyen estas estructuras de madera y huano a bajo costo.
Insistió en que el beneficio ante las múltiples construcciones en un destino como Tulum no ha sido significativo para el sector, pese a que apelan a la esencia local para promocionar el destino.
“Ahorita está muy baja la demanda de la palapa porque gente foránea da los precios muy bajos y así no hay mucha demanda; además, por ahora está muy baja la temporada. La oportunidad viene de las construcciones, a veces piden pérgolas, palapas o escaleras, pero como te digo, la gente foránea da precios muy bajos y a ellos se los dan”, externó.
Dijo que no ve que esta situación vaya a cambiar positivamente, porque los patrones prefieren lo barato, pero a veces les sale mal el trabajo y es cuando recurren a la gente local.
Además, el entrevistado agregó que constantemente van variando los precios, pero últimamente ha ido al alza el valor de la madera y el huano para elaborar las tradicionales palapas.
Calculó que la construcción de una palapa de 4 x 4 metros cuesta entre los 90 mil a 100 mil pesos, y eso es debido al aumento de la materia prima.
En la actualidad, únicamente hay -cuando mucho- medio centenar de palaperos, cuando antes eran familias enteras que se dedicaban a esta actividad para forjar sus viviendas y como también su principal fuente de ingresos económicos.
El entrevistado expuso que al no haber contratación de sus servicios, muchos han renunciado a la construcción de las palapas y ya se dedican a otros trabajos.
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