El contingente interceptado es el más grande del que haya registro en México
Déjennos seguir, no sean inhumanos, gritaron cientos de migrantes, la mayoría venezolanos, cuando policías estatales y de la Guardia Nacional (GN) detuvieron este martes un tren de carga de la empresa Ferromex en el que viajaban de manera clandestina rumbo a Piedras Negras, en la frontera con Texas, Estados Unidos.
El ayuntamiento de Monclova calculó que eran aproximadamente mil 800 viajeros, pero fuentes policiales y testigos aseguraron que eran cerca de 3 mil, que viajaban en el techo de los furgones y dentro de tolvas.
De acuerdo con la policía local y autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), no hay antecedentes de que un contingente de extranjeros de esa magnitud haya sido detectada en la época reciente en su intento por llegar a la frontera norte de México.
Tras la acción de las autoridades, la mayoría de los extranjeros se retiró de lugar y caminan dispersos rumbo a la zona norte del estado.
Para este miércoles alrededor de mil migrantes permanecían sobre las vías del ferrocarril en el punto entre Castaños y Monclova.
El grupo más numeroso de migrantes detenido hasta ayer por las autoridades fue el de 652 centroamericanos que se trasladaban en seis contenedores de refrigeración de tres tráileres, en la carretera nacional Victoria-Monterrey, en el ejido Oyama, municipio de Hidalgo, Tamaulipas, en octubre de 2021.
Al menos mil 800 extranjeros a bordo
El tren con los al menos mil 800 extranjeros fue detenido este martes en los límites de los municipios de Castaños y Monclova, en la zona centro de Coahuila. Algunos de ellos afirmaron que abordaron el ferrocarril en la Ciudad de México, y que la mayoría tiene permiso del gobierno mexicano para desplazarse por territorio nacional.
Policías estatales y de la Guardia Nacional detectaron el contingente cuando el tren pasó por Saltillo, capital del estado, por lo que las autoridades tuvieron tiempo para instalar un retén antes de llegar a Monclova. Previamente, dieron aviso a la empresa Ferromex para que ordenara detener la marcha del convoy.
Nos falta poco, déjennos ir, clamaban los migrantes ante los policías que, a gritos, les indicaban que debían bajar de los vagones y tolvas. Nos toca asistir a la gente, dijo el alcalde de Monclova, Mario Dávila Delgado, al enviar comida y agua para los viajeros.
Paramédicos atendieron a los niños que iban en el grupo; algunos tenían síntomas de deshidratación. En esta zona de Coahuila el calor se siente día y noche y la temperatura rebasa 40 grados centígrados.
La mayoría de los extranjeros permaneció en el lugar donde el tren se detuvo, una zona en pleno semidesierto.
La mancha urbana más próxima es Monclova, a unos 20 kilómetros. Otros decidieron seguir a pie, rumbo a Piedras Negras, y algunos más dijeron que hacia Monterrey, quizás sin saber que ello implicaría retornarse en dirección al sureste.
Quienes se quedaron en el sitio aseguraron que cuando los agentes los obligaron a bajar, los despojaron de dinero: nos robaron, nos quitaron todo.
Sin norte, hacia el Norte
Advirtieron que permanecerán ahí hasta conseguir otro medio de transporte rumbo al norte. No tenemos otro medio; no tenemos a dónde ir, más que para el norte.
El intento de los viajeros para llegar al norte del estado se suma a la caravana de alrededor de 500 centroamericanos y caribeños que el domingo arribaron al municipio de Nava en ferrocarril y de ahí caminaron alrededor de 40 kilómetros hasta Piedras Negras.
En el trayecto a pie, el grupo fue escoltado por policías estatales para evitar que fueran asaltados por traficantes de personas, conocidos como polleros.
El ayuntamiento de Piedras Negras informó que en dos semanas más de 3 mil centroamericanos, caribeños y sudamericanos llegaron a esa frontera con la esperanza de cruzar la frontera e ingresar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.
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