Reforma condenará a sufrimiento, maltrato y muerte a más de 300 ejemplares: AMHMAR
Gran polémica ha generado en Quintana Roo la discusión que se realiza a nivel federal sobre las modificaciones al artículo 60 bis de la Ley General de Vida Silvestre, referente a las especies que viven en cautiverio y que se encuentra en la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Senado, aun sin fecha exacta para su votación.
Ambientalistas locales señalaron que se debe parar con la explotación de estas especies, mientras que la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR) asegura que esta reforma condenará a sufrimiento, maltrato y muerte a los más de 300 delfines, manatíes y lobos marinos en instituciones zoológicas de todo México.
Araceli Domínguez Rodríguez, presidente del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), refirió que esto es solamente una manera de defenderse y de justificarse, puesto que esos delfines no van a vivir mejor explotándolos para trabajar. Sugirió que lo que hay que hacer es que en esta ley se les obligue a tener santuarios dentro de los espacios donde están ahorita.
Estimó que un animal que ha vivido en cautiverio toda su existencia ya no se pueden liberar dado que muchos de ellos nacieron ahí y están acostumbrados a ser alimentados y a la presencia humana, entonces sería muy difícil rehabilitarlos aunque no imposible.
“Lo que hay que hacer es establecer santuarios donde la gente pueda ir a ver, pero no tener que meterse a nadar con ellos, agarrarlos, montarlos, a subirse en los lomos o que hagan piruetas para que a cambio de su trabajo les paguen con alimento”, expresó la ambientalista.
Apuntó que no tendría porqué haber ni un solo manatí ni lobos marinos en cautiverio, pues los animales son silvestres y deben permanecer en su hábitat natural, esto para que los ecosistemas marinos estén sanos.
“Si sacas tú a los elementos y a las criaturas que forman el ambiente marino, pues desajustas y desequilibradas ambientalmente los lugares, entonces es importante que los animales silvestres permanezcan en su hábitat natural y que la gente los vaya a ver si quiere a su hábitat natural”, señaló.
Por su parte, Camila Jaber, buza profesional, dijo que las reformas obligarán a los dueños de delfinarios a responsabilizarse y tienen cinco años como plazo para adaptarse a corrales marinos para rehabilitar, de manera que la problemática seguiría igual.
Delfinarios argumentan efectos en los animales
Al respecto, la AMHMAR emitió un comunicado en el cual denunció que pese a que el pasado 11 de octubre de 2023 el Senado convocó a una sesión de Parlamento Abierto para analizar las reformas que prohíben la utilización de ejemplares de mamíferos marinos en espectáculos fijos, en la que expusieron los grupos promoventes de dichas reformas y representantes de instituciones zoológicas y profesionales especializados en el cuidado de mamíferos marinos en nuestro país, sólo tres senadoras de 18 integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático asistieron.
Se manifiestan en contra de prohibir la reproducción de los delfines y mamíferos marinos en general porque esto “tendrá efectos negativos en la salud física de los animales y en su estado mental, ya que sería necesario suministrar hormonas anticonceptivas a las hembras a lo largo de toda su vida fértil (más del 75 por ciento de su esperanza de vida), ya que a los machos, por su estructura anatómica no es posible operarlos para castrarlos”.
De igual manera, aseguraron que no hay evidencia de que los animales sufran con la interacción o contacto con los visitantes a los delfinarios; por el contrario, se ha registrado que “los niveles de cortisol (hormona indicadora de estrés permanente) disminuye en los delfines después de sesiones de contacto con los visitantes”.
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