A pesar del clima frío y la llovizna, cientos de antorchistas llegaron al convento de esta ciudad.
Además, numerosos antorchistas, con cobijas, durmieron a la intemperie y con frío —el frente frío 16 afecta a la Península de Yucatán desde el domingo pasado— en el patio del santuario de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
En estos días llegaron tantos antorchistas que las veladoras encendidas que dejaron no solo llenaron las cuatro escalinatas del arco donde están las imágenes de la Virgen de Izamal y de la Virgen de Guadalupe, sino también parte del piso.
“Anoche (por el lunes) salimos de Temozón; aun con el frío había que cumplir la promesa de venir hasta Izamal, ya estaba planeado venir y debemos regresar a Temozón para la misa de las 5 de la tarde”, narró María Fátima Poot Uicab, con su hija bebé en brazos, en una breve plática.
“Venimos con varios antorchistas mi esposo, Ángel Alberto Dzul Tuz; mis dos hijos, de 6 años y de un año y medio, y yo; todo lo hacemos por fe y devoción”, destacó la peregrina.
En el convento estaban antorchistas de Conkal, Bokobá, Motul, Tixkokob, Halachó, Muxupip, Pixoy, Dzilam González, Cenotillo, Mama, Yobaín, Tesoco, Seyé y Sotuta, entre otros. La mayoría dijo que ahí durmió.
En la calle 28 entre 33 y 31, atrás del convento, uno de los vendedores de imágenes y cruces de madera, quien estaba en la camioneta placas W2-55-19-A, respondió con improperios cuando se les solicitó una entrevista y dijo que está prohibido tomarles fotografías.
Durante la mañana de día de la Virgen de Guadalupe predominó el intenso sonido de las sirenas de los vehículos de los peregrinos, pero conforme avanzó el día aminoró en las calles de Izamal.
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