PROGRESO.- Tras los hechos registrados en Progreso cuando una visitante se quejó del cobro excesivo en una palapa del Malecón trascendió que hubo una sanción.
Si bien se dijo sería para el restaurante, en realidad recayó en la concesionaria en la que trabajaba el mesero que ofreció el servicio.
Entrevistado sobre este tema durante la ceremonia de entierro de Juan Carnaval, el director de Turismo de Progreso, Alberto García Barroso, indicó que la sanción fue tanto para el mesero involucrado en el caso como para la concesión para la que trabaja.
Estas fueron las sanciones por cobro excesivo en Progreso
Según el funcionario, el mesero trabajaba como parte de una concesión de carácter federal y daba servicio en el Malecón de Progreso, en el área de palapas.
Además era empleado de ‘El Rey del Marisco‘, lugar donde compraba la comida que servía a los comensales que accedían a ocupar una palapa en dicho espacio.
El castigo fue el despido inmediato del mesero por parte del restaurante.
Respecto a la concesionaria, se sancionó con dos días sin trabajar durante esta semana, que coincidió con la llegada de un crucero a Puerto Progreso y los últimos días del Carnaval 2024.
El primer día de la sanción fue el pasado martes de la Batalla de las Flores del Carnaval de Progreso, cuando se presentó una gran afluencia de gente.
El segundo día fue este jueves 15 de febrero cuando se registró la llegada del crucero Carnival Breeze, uno de los barcos que usualmente deja mayores ganancias a las personas que trabajan en esta zona.
“Es algo que se tiene que hacer, porque si no se les aplica una sanción, los demás van a decir ‘ah, mira, ellos lo hicieron y no pasó nada’ y pueden caer en la tentación de seguir cometiendo estos abusos. Para evitar esa situación es necesario efectuar las sanciones”.
Dan reembolso a clienta que pagó 4 mil pesos por comer en Progreso
El funcionario agregó que las cosas llegaron a buen término con la clienta afectada, ya que tanto ella como el dueño del restaurante publicaron en redes sociales una aclaración de lo sucedido.
Por parte del restaurantero, ofreció disculpas públicas por la situación, de la cual dijo no haber estado al tanto en el momento, por lo que se habría tratado de “una viveza” del mesero.
El restaurantero aseguró estar trabajando en conjunto con la Dirección de Turismo de Progreso para que este tipo de situaciones no vuelvan a suceder.
Finalmente indicó que la persona afectada recibió un reembolso del total de lo que pagó por los alimentos, que fue incluso menos de lo presentado en la comanda del mesero.
Esto porque se logró alegar al momento que el peso del pescado frito que le sirvieron era menor al que decía la nota, así que se acordó una rebaja, pero la cuenta seguía siendo superior a los 3 mil pesos.
Tabata Sánchez, la afectada, publicó en su cuenta de Facebook que le fue entregado un reembolso total de la cuenta por parte del establecimiento y agradeció a las autoridades de Progreso “por su apoyo, y pronta solución del problema”.
“Estoy muy contenta, pues al platicar con los dueños del restaurante, se comprometieron a estar más pendientes de sus empleados y evitar que se repita este tipo situaciones que afectan al turismo nacional, internacional y a los yucatecos”, escribió.
“Progreso está cambiando mucho para el bienestar de todos y todos hacemos el cambio, siempre reporten sus inquietudes y denuncien. Por favor no dejemos que esto suceda nuevamente “, concluyó.
¿Por qué hay precios excesivos en las palapas del Malecón de Progreso?
Cabe mencionar que los palaperos no elaboran los alimentos, sino que acuden a ciertos restaurantes de los alrededores del malecón y compran lo que sus clientes les vayan encargando.
Estos productos son los que hacen llegar a la mesa de los comensales a precios establecidos por ellos mismos, no por el restaurante.
García Barroso comentó que en cuanto a los precios que se manejan en la zona turística del Malecón, en relación a renta de palapas, sombrillas, camastros, servicio de alimentos y bebidas, el Ayuntamiento no puede realizar una regulación para evitar que sean excesivos.
El funcionario dijo que, de acuerdo con la Profeco, mientras el turista acepte pagar los precios que se encuentran a la vista, aunque el producto no sea lo prometido en cuanto a proporciones, no hay nada que se puede hacer.
Por lo tanto en ese aspecto la comuna queda atada de manos.
Señaló que ha tenido ocasión de ver en los menús de dichos concesionarios, por poner un ejemplo, una orden de pescado frito hasta en 600 pesos además de los costos por rentar una palapa.
Sumado a lo anterior, los palaperos cuentan con concesiones de carácter federal que limita en cierta medida el alcance del Ayuntamiento, pero sí se ven obligados a cumplir con regulaciones en cuestiones de imagen, por ejemplo el uso de un uniforme, zapatos o tenis.
Las regulaciones incluyen evitar el acoso al turista y la generación de turnos para que acudan a las esquinas cercanas para invitar a los automovilistas a acercarse a sus zonas.
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