Los manglares no sólo son el hábitat de muchas especies marinas y costeras, sino que también actúan como una barrera natural contra vientos fuertes, tormentas y huracanes.
Al principio en las zonas turísticas de Quintana Roo los arrasaban para construir desarrollos hoteleros, pero tras los fuertes huracanes, como Gilberto y Wilma, comprendieron la importancia de conservarlos.
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