Autoridades aseguran que los disparos ”no iba dirigidos a ella”.
El Ejército israelí reconoció este martes que sus fuerzas “muy probablemente” mataron “sin querer” a la activista turcoestadounidense Aysenur Ezgi Eygi durante una protesta cerca de la localidad de Nablus, en Cisjordania ocupada.
Tras realizar una investigación sobre los hechos, el Ejército aseguró que “es altamente probable que fuera alcanzada sin querer por fuego israelí que no iba dirigido contra ella”, sino contra un presunto instigador en una manifestación que calificó de “disturbio”.
Israel no dio más detalles sobre quién era el objetivo de su ataque, que ocurrió durante una marcha semanal organizada por el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM, en inglés) contra la expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania que, según testigos, transcurrió de manera pacífica.
El sábado, el gobernador de Nablus, Ghassan Daghlas, aseguró que la autopsia realizada a la activista confirmó que murió por un disparo en la cabeza realizado por un soldado israelí.
Las autoridades israelíes solicitaron hoy realizar su propia autopsia al cuerpo de la joven. “El Ejército expresa su más sincero pesar por la muerte de Aysenur Ezgi Eygi”, remacharon las fuerzas.
Jonathan Pollak, veterano activista israelí que participó en la protesta en la que murió la joven, dijo hoy a EFE que los soldados permanecieron apostados en una colina a más de 200 metros de los manifestantes, desde donde tenían “una línea de visión clara” de a qué disparaban.
“Sabemos que estas investigaciones son un mecanismo para asegurar la impunidad (de las fuerzas israelíes)”, dijo el activista sobre las pesquisas anunciadas por el Ejército tras el incidente.
Ya el mismo día del suceso, los militares dijeron que habían abierto fuego para mitigar la amenaza de “un instigador” que estaba lanzando piedras contra los soldados, algo que refutaron los testigos.
Cientos de personas participaron ayer en una marcha funeraria por la activista en Nablus. Con el cuerpo envuelto en una bandera palestina y el rostro rodeado de una kufiya, la activista de 26 años fue cargada
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