La Fábrica de Artes y Oficio atiende a por lo menos a mil personas al mes.
Con agentes comunitarios se ha logrado recuperar espacios y ampliar los horizontes de quienes acuden a participar en alguno de los talleres que ofrecen en la Fábrica de Artes y Oficios (FARO), ubicada en el fraccionamiento Villas Otoch de Cancún, resaltó Sofía Ochoa Rodríguez, directora del lugar.
Lo que han hecho, dijo, es mucha labor comunitaria, estar 100 por ciento escuchando a la gente en el territorio y empezar a generar puentes de construcción de paz. Escuchar qué se necesita pero además dar nuevas cosas, incluyendo nuevos panoramas; por ejemplo, cuando llegaron a esta zona, los niños decían que de grandes querían ser policías o maestros, era lo que imaginaban, y eso ha cambiado.
Foto: Ana Ramírez
“Nosotros empezamos a dar clases de cine, de pintura, de baile y ahora les preguntas a los niños y ya te contestan otro tipo de oficios; eso ha sido como en el plano más del día a día, pero además hemos empezado a trabajar empoderando a la gente aquí alrededor, a todos los agentes comunitarios o creando agentes comunitarios para que poco a poco ellos vayan apoderándose de sus espacios”, especificó.
Y así han gestionado sus propios proyectos; por ejemplo, la maestra de costura y confección también es maestra de jarana, empezó a dar clases de jarana yucateca porque lo pedían mucho y ahora lleva dos años con su grupo, se van de gira por toda la península de Yucatán, tienen vaquerías constantemente y eso no hubiera sucedido de no ser por espacios de convivencia como este.
Muchas vecinos no se conocían y se encontraron dentro de FARO porque han creado un espacio seguro en el que la gente se puede abrir y hablar de lo que quieren, de lo que sueñan, de sus preocupaciones, tienen muchos grupos de reflexión tanto para hombres como para mujeres y poco a poco es ir dándole la esperanza a la gente y demostrarle que sí se puede soñar y que sí se pueden construir los sueños.
Ochoa Rodríguez estimó que mes a mes atienden por lo menos a mil personas, aunque ha habido ocasiones en que son muchas más. Tan sólo en el primer trimestre del año sumaron cuatro mil, quienes acuden a clases, talleres y programas especiales, y se tienen alianzas con la ONU, con Save the Children, con el MIT, con quienes buscan siempre estar alimentando el sueño de las familias.
“Creo que lo hemos ido logrando poquito a poquito, es hacer un portal en el que la gente aquí venga a soñar y pueda alcanzar esos sueños. Los invitamos a que vengan, si no conocen FARO, que vengan a visitarlo”, concluyó la directora.
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