Sheinbaum propuso ”dejar de sembrar guerras, sembremos paz y vida’.
Los líderes de los países del G-20, reunidos en Río de Janeiro acordaron ayer una declaración en la cual demandan un alto el fuego en Gaza y Líbano, a la vez que respaldan “iniciativas” para una paz “justa y duradera” en Ucrania, sin mencionar a Rusia, y asumen, en parte, una de las principales banderas de Brasil en la presidencia del grupo: la necesidad de que los más ricos del mundo paguen más impuestos.
Pese a que Brasil quería evitarlo, las guerras de Ucrania y Gaza marcaron los debates en el arranque de la cumbre, mientras el presidente chino, Xi Jinping, advirtió que el mundo entra en un periodo de grandes cambios.
El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio inicio a la ceremonia de esta cumbre, que se realiza dos semanas después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
El presidente estadunidense saliente, Joe Biden, llamó a los líderes del G-20 a “aumentar la presión” sobre Hamas para un alto el fuego, al tiempo que pidió defender la integridad de Ucrania.
En la declaración final se establece que el G-20 apoya las iniciativas “relevantes y constructivas” para una “paz amplia, justa y duradera” en Ucrania, y añade que ésta debe estar en consonancia con los principios de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y promover relaciones “amistosas y buenas” entre países vecinos, señala el documento, sin mencionar a Rusia.
El texto señala también que “estamos unidos en el apoyo a un alto el fuego completo en Gaza y en Líbano, que permita a los ciudadanos regresar con seguridad a sus hogares a ambos lados de la Línea Azul”, que delimita la frontera entre territorio libanés e Israel.
El documento expresa “preocupación por la catastrófica situación humanitaria en la franja de Gaza y la escalada en Líbano, enfatizamos la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria y reforzar la protección de los civiles”.
Se aceptó la propuesta de Lula para gravar a los superricos y con esos recursos “enfrentar los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo”.
“Con pleno respeto a la soberanía fiscal, buscaremos cooperar para garantizar que las personas con un patrimonio neto ultra alto paguen impuestos de manera efectiva”, se asienta en la declaración.
Los líderes del G-20 concluyen que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), “impactaron dramáticamente en la velocidad, la escala y el alcance de la desinformación no intencional e intencional y los discursos de odio”, pero también reconocen el “potencial” de la misma para reducir las desigualdades y facilitar la información.
En los debates, Xi Jinping pidió mejorar la gobernanza económica global y construir una economía mundial caracterizada por la cooperación. Las instituciones financieras internacionales y los acreedores comerciales deben participar en la reducción y la suspensión de la deuda de los países en desarrollo, subrayó.
Lula insiste en reformar la ONU
En la sesión dedicada a discutir las reformas de los órganos multilaterales, Lula remarcó la necesidad de reformar la ONU. “La omisión del Consejo de Seguridad ha sido en sí misma una amenaza a la paz y a la seguridad internacionales, el uso indiscriminado del veto vuelve al órgano rehén de los cinco miembros permanentes” y citó los ejemplos de Ucrania o Gaza; de igual manera, expuso que “intervenciones desastrosas” subvirtieron el orden en Afganistán y en Libia y que la indiferencia relegó a Sudán y a Haití al olvido.
Lula presentó la Alianza Mundial contra el Hambre, un proyecto personal –más allá del G-20– cuyo objetivo es erradicar el hambre y la pobreza de aquí a 2030 y reducir las desigualdades. La iniciativa fue firmada por los 82 participantes, con la excepción de que Argentina se adhirió, pero “disociándose” de algunos puntos, tales como la mayor intervención estatal para luchar contra el hambre, pues aseguró que la solución está “en correr al Estado del medio (sic)” y “liberar el mercado”, aseguró el presidente Javier Milei.
El mandatario argentino firmó la declaración final pero también se “disoció” de varios puntos, entre ellos el referente a la regulación de redes sociales, con el argumento de que promueve “la limitación de la libertad de expresión”.
Milei y Lula mantienen una tensa relación; Milei le llamó “ladrón” y “corrupto”, mientras Lula señaló que su homólogo dice “muchas tonterías”. Al rencontrarse en Río de Janeiro apenas se miraron, fue un saludo que contrastó con los apretones de manos y abrazos con que el anfitrión recibió a los visitantes.
La cumbre logró pocos avances climáticos en su declaración final, pues evitó mencionar el compromiso que la comunidad internacional adoptó en la COP28 de salir progresivamente de la dependencia de las energías fósiles, a pesar del llamado del secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a que se hicieran “concesiones” con el fin de salvar al planeta.
Biden, el premier canadiense, Justin Trudeau, y su par italiana, Georgia Meloni, llegaron tarde y no salieron en la foto oficial.
El presidente paraguayo, Santiago Peña, fue ingresado al hospital Samaritano, luego de sentir dolores en el pecho durante la cumbre.
Uno por ciento del gasto a guerras, para sembrar vida: Sheinbaum
Frente a los líderes de las principales economías del planeta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, propuso establecer un fondo al que se destine “uno por ciento del gasto militar de nuestros países”, equivalente a unos 24 mil millones de dólares al año, para replicar a nivel mundial el programa Sembrando Vida, esquema emblema de la Cuarta Transformación en México, y convertirlo en el plan de reforestación más grande de la historia a escala mundial. Con ello, mitigar el calentamiento global y restaurar el tejido social, “ayudando a las comunidades a salir de la pobreza”.
Ese fondo –que representa 12 veces más de lo que México destina a ese programa– sería para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que “reforestarían 15 millones de hectáreas, algo así como cuatro veces la superficie de Dinamarca, toda la de Guatemala, Belice y el Salvador juntos, o 30 por ciento de la de Suecia”, planteó la presidenta al participar por primera vez en la cumbre del G-20.
La propuesta es “dejar de sembrar guerras; sembremos paz y vida”, sostuvo la mandataria mexicana, flanqueada durante su exposición por el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Atrás de ella estaba el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken.
Consideró que con su planteamiento, presentado en cinco minutos, “reduciríamos la migración, el hambre, si tan sólo elevamos la palabra amor por encima del odio; la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación. Me niego a pensar que somos capaces de crear la inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás”, resaltó.
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