Las condiciones meteorológicas adversas reanudaron el lunes y persistirán hasta el miércoles.
Vientos peligrosamente fuertes podrían reanudarse el lunes en Los Ángeles y obstaculizar los esfuerzos para extinguir dos persistentes incendios forestales que han arrasado barrios enteros y cobrado la vida de al menos dos docenas de personas.
Los vientos secos de Santa Ana de hasta 80 a 112 km/h se reanudarían el lunes y persistirían hasta el miércoles, pronosticó el Servicio Meteorológico Nacional al emitir una advertencia de bandera roja de “situación particularmente peligrosa”.
El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo el fin de semana que el estado estaba destinando con anticipación a personal para combatir incendios en áreas vulnerables, incluidas aquellas alrededor de los incendios de Palisades y Eaton, los dos incendios más grandes que se han iniciado en el sur de California.
Al menos 24 personas han muerto en los incendios que comenzaron el pasado martes. Las llamas han reducido barrios enteros a ruinas humeantes, dejando un paisaje apocalíptico. Según las autoridades, al menos 12 mil 300 estructuras han resultado dañadas o destruidas.
Newsom dijo que la tormenta de fuego podría considerarse el desastre natural más devastador de la historia de Estados Unidos, que ha destruido miles de hogares y obligado a evacuar a decenas de miles de residentes.
El pronosticador privado AccuWeather ha estimado los daños y las pérdidas económicas entre 135 mil y 150 mil millones de dólares.
En previsión del regreso de los fuertes vientos el lunes, las autoridades han advertido a toda la población del condado de Los Ángeles, de casi 10 millones de habitantes, que esté preparada para evacuar.
Hasta el domingo por la tarde, más de 100 mil personas del condado de Los Ángeles tenían orden de evacuación, frente a un máximo anterior de más de 150 mil, mientras que otras 87 mil tenían avisos de evacuación.
Búsqueda de cadáveres
El sheriff Robert Luna dijo que las escoltas a estas zonas se suspendieron el domingo por las peligrosas condiciones, además por la necesidad de recuperar los cuerpos de las víctimas.
En algunas zonas, el fuego convirtió casas en cenizas y dejó rastros de metal fundido de los coches quemados.
Las autoridades efectuaron muchos más arrestos, incluyendo a un sospechoso disfrazado de bombero que pretendía entrar a robar.
El toque de queda en las zonas evacuadas se ha extendido y se requirió mayor presencia y recursos de la Guardia Nacional.
“Tengo que estar ahí para proteger a mi familia, mi esposa, mis hijos, mi mamá, y no puedo ni siquiera verlos”, dijo el residente de Altadena, Bobby Salman, de 42 años.
“Tornados de fuego”
El incendio de Palisades ha consumido a 9 mil 500 hectáreas y solo estaba contenido en 11 por ciento, mientras que el de Eaton, en Altadena, abarcaba unas 5 mil 700 hectáreas y estaba contenido en 27 por ciento de su perímetro, según las autoridades.
Grabaciones de video mostraban “tornados de fuego” que ocurren cuando un incendio es tan intenso que crea su propio clima.
El número total de residentes bajo órdenes de evacuación es ahora de unos 100 mil, luego de estar en un máximo de 180 mil.
Cifras oficiales registran más de 12 mil estructuras quemadas, pero Todd Hopkins, de Cal Fire, dijo que no todas eran viviendas, y que la cifra también incluía dependencias, tráilers y cobertizos.
La repentina avalancha de gente que necesita un nuevo lugar para vivir en los próximos meses puede complicar la dinámica para los inquilinos de la ciudad, que ya no la tenían fácil.
“Estoy de nuevo en el mercado junto a decenas de miles de personas”, dijo Brian, un jubilado de 69 años cuyo apartamento de alquiler se incendió. “No pinta bien”.
El gobernador de California, Gavin Newsom, prometió que la ciudad se reconstruiría y dijo que habría un “Plan Marshall”, en referencia al apoyo de Estados Unidos a Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Su comentario