Victor Wembanyama ya se enfrentó a Estados Unidos en torneos internacionales, especialmente en los Juegos Olímpicos de París del año pasado, cuando lideró la marcha de Francia hacia el partido por la medalla de oro contra los norteamericanos.
Le gustaría estar en esa posición más a menudo -tal vez incluso anualmente. Y a Giannis Antetokounmpo, de Milwaukee, también le encanta esa idea.
En la búsqueda continua del formato adecuado para el Juego de Estrellas de la NBA, hubo mucha conversación el pasado fin de semana en San Francisco sobre una idea que ganó cierto impulso en los últimos años: Estados Unidos de un lado, el resto del mundo del otro. Cuenten a Wembanyama -el pívot “All-Star” que mide 2.2 metros de estatura, de San Antonio, originario de Francia -como un fanático de la idea.
“Me encantaría. Mi opinión es que tiene un propósito,” afirmó Wembanyama. “Hay más orgullo en ello. Más en juego”.
Antetokounmpo, nativo de Grecia y de ascendencia nigeriana, apuntó: “Creo que sería el formato más interesante y emocionante. Me encantaría. Sin duda, me sentiría orgulloso de eso. Siempre compito, pero creo que eso me daría un poco más de energía para competir”.
El último formato para el duelo estelar -un mini-torneo de cuatro equipos y tres encuentros, donde el primero en llegar a 40 puntos salía ganador-, debutó el domingo por la noche, con los OGs de Shaq ganando el título.
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