Un ataque con explosivos contra una estación de policía en el suroeste de Colombia provocó este lunes 17 heridos, entre ellos dos policías y tres infantes, informaron autoridades locales.
La explosión se registró en el municipio rural de Morales, en el departamento del Cauca, donde “un artefacto explosivo, posiblemente una moto bomba, detonó a pocos metros de la estación de policía, dejando 17 personas heridas”, aseguró el lunes Octavio Guzmán, gobernador de ese departamento, en su cuenta en la red social X.
Entre las víctimas hay “una niña de 7 años que tuvo que ser trasladada de urgencia por la gravedad de sus heridas, así como dos jóvenes con esquirlas en el rostro”, informó el gobernador. Dos policías también resultaron heridos, agregó.
En redes sociales circularon videos que mostraban a colegiales junto a decenas de civiles huyendo del sitio donde locales comerciales quedaron destruidos. Una motocicleta calcinada quedó sobre el asfalto en la escena, constató un reportero.
“Me llevaron al hospital porque quedé sorda y no veía bien”, contó Deily Otero, que almorzaba en un local cercano al momento de la explosión y resultó lesionada. “Miré a los policías (heridos), los vi en el suelo y vi a niños (…) Y la moto que estaba incendiada”, relató la mujer.
El municipio de Morales ha sido escenario de embestidas similares en años anteriores. Entre 2024 y 2023, otros dos ataques con explosivos sumaron ocho muertos.
En rueda de prensa, el general Giovanni Torres, comandante de la policía en el Cauca, responsabilizó del ataque al Frente Jaime Martínez, adscrito al Estado Mayor Central (EMC) que opera en ese municipio de 40 mil habitantes.
Esta estructura está conformada por rebeldes que rechazaron el histórico acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y la extinta guerrilla de las FARC.
El EMC sostenía negociaciones de paz con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro, pero se dividió en 2024 cuando la escisión al mando de alias Iván Mordisco se apartó de los diálogos y aumentó la presión contra las fuerzas estatales. Otra facción bajo órdenes del comandante alias Calarcá mantiene aún las conversaciones.
Tras la ruptura con Mordisco, el Estado redobló las operaciones militares contra ese grupo en el Cauca, su principal bastión.
Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década con distintos focos en el noreste, noroeste y suroeste del país.
La ONU denunció este lunes que los esfuerzos del gobierno para proteger a los civiles han sido “insuficientes” y los grupos armados están en “expansión” pese a las negociaciones de paz.
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