Lamento profundamente el fallecimiento del Papa Francisco. Fue un líder con carácter, con voz propia y con un firme compromiso por la justicia y la dignidad humana. Su legado trasciende lo religioso. Representó valores universales y supo hablarle al mundo con claridad y valentía, en tiempos donde muchos prefieren el silencio. Hace algunos años tuve el honor de conocerlo en el Vaticano. Desde México, nos unimos al pesar global por su partida. Su memoria seguirá viva en quienes creen en un mundo más justo, más humano y más solidario.
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