‘No podemos permitir que Maduro y sus representantes se aferren al poder por la fuerza”, escribió Blinken.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, afirmó ayer que en el país deben aprobarse leyes “duras” contra “el fascismo”, un día después de que su contrincante en las pasadas elecciones presidenciales, el líder opositor Edmundo González Urrutia, se exilió en España.
“Venezuela tiene que hacer leyes antifascistas severas, porque aquí no puede proliferar el odio, la violencia, la división, la persecución a la gente por sus ideas, por su forma de pensar y de ser”, señaló durante el programa Con Maduro + el gobernante, quien ganó la relección para un tercer periodo de seis años en los pasados comicios del 28 de julio, lo que generó protestas de la oposición por “denuncias de fraude”, sin presentar pruebas.
“Nosotros estamos haciendo leyes para curarnos en salud”, aseguró. Confirmó que siguió de cerca las gestiones para el salvoconducto otorgado a González y que “respeta” su decisión de exiliarse en España. Añadió que condujo el proceso para la salida “con un equipo, pero personalmente”.
En tanto, el canciller de Venezuela, Yván Gil, criticó al secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, a quien acusó de pretender anunciar “un golpe de Estado vía redes sociales”, por la forma en que expresó apoyo al opositor Edmundo González.
“De manera grosera, el secretario Blinken pretende anunciar, vía redes sociales, como de costumbre, “un golpe de Estado en Venezuela”, acusó Gil, ante los comentarios que hizo Blinquen en X de que “los venezolanos votaron por el cambio. No podemos permitir que Maduro y sus representantes se aferren al poder por la fuerza. La voluntad del pueblo debe ser respetada”.
El diplomático venezolano comentó: “sus planes fueron pulverizados a través del voto y con la unidad y movilización cívico-militar-policial. ¡No volverán! En estos tiempos los y las bolivarianas hacemos polvo cósmico la doctrina Monroe”.
Por su parte, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, reiteró que la salida de Edmundo González a España fue “conversada”, pese a que el canciller español, José Manuel Albares, subrayó que no hubo ningún “acuerdo político”.
“¿Cómo llega aquí a Venezuela un avión del gobierno español? ¿De la fuerza aérea? ¿Eso es que nos invadieron? No, no, no. Fue conversado, trabajado, si él no quiere usar el término negociado”, afirmó Cabello y añadió que el exilio de González fue “un acto voluntario.
“Él no le dijo nada a nadie de la oposición y los agarró por sorpresa, porque si de alguien estaba huyendo González Urrutia era de la derecha, de María Corina, del fascismo, se fue porque él sabe que no ganó” y porque “sabe que le va a hacer daño esa gente que lo estaba rodeando”, aseguró.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, argumentó que el caso abierto contra el dirigente opositor por presuntos delitos asociados al terrorismo quedó “cerrado” tras su partida y reiteró que González solicitó un salvoconducto directamente al Ministerio Público, lo que le permitió viajar a España.
A su vez, la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, informó que permanecerá en el país, para poder “acompañar la lucha desde aquí, mientras él (González) lo hace desde afuera.
“En las circunstancias en que estaba en Venezuela no podía realizar todas las funciones”, apuntó Machado, al tiempo que convocó, en redes sociales, a una manifestación hoy en la Plaza de las Cortes, de la capital española, para “reivindicar el mandato del 28 de julio”.
Por su parte, el gobierno de Colombia, que intentó una mediación en la crisis poselectoral en Venezuela, lamentó la salida de González Urrutia.
Perú reiteró que “está a favor de que los problemas de Venezuela sean resueltos por los venezolanos”. Mientras la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América aplaudió la actuación de Caracas, por permitir la salida de González.
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