El monarca era acompañado de Pedro Sánchez, presidente del gobierno y Carlos Mazón, de la Comunidad Valenciana.
Tras cinco días de penurias y de implorar por todas las vías más ayuda y más rapidez en las tareas de rescate, los vecinos y damnificados de Valencia estallaron de ira y lo hicieron contra la comitiva oficial que acudió a la zona del desastre. El objetivo era que los reyes de España, Felipe y Letizia, visitaran a los vecinos afectados en compañía del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el de la Comunidad Valenciana, el derechista Carlos Mazón, pero a los pocos minutos de iniciar el recorrido los vecinos les increparon y les arrojaron bolas de lodo, lo que provocó la suspensión de la visita y cargas policiales contra los vecinos.
La sensación de desamparo entre los afectados ha ido en aumento en los últimos días, que se ha exacerbado por la falta de diligencia en las ayudas y a la batalla partidista que han mantenido el gobierno central y el autonómico por atribuirse la responsabilidad del operativo. Más aún cuando centenares, quizá miles de personas permanecen incomunicadas o pendientes de que las autoridades acudan a levantar el cadáver de algún familiar muerte durante las lluvias torrenciales o que les lleven aunque una botella de agua o un trozo de pan. Además de la urgencia en limpiar las casas y las calles del lodo acumulado para evitar que se propaguen enfermedades infecciones.
En este contexto, en la que ola de solidaridad ciudadana ha sido la primera y en ocasiones única respuesta de apoyo que han recibido los afectados, los reyes de España visitaron la zona y lo hicieron acompañados de los dos responsables políticos más señalados por su actuación, Sánchez, en su calidad de presidente del gobierno español, y Carlos Mazón, como presidente de la Comunidad Valenciana. De ahí que nada más verlos acudir con un masivo dispositivo policial, los damnificados estallaron de ira e iniciaron los gritos e insultos: “Asesinos”, “hijos de puta”, “fuera”, “miserables” y “dimisión”, entre otros. Además les lanzaron lodo en bolas y material de todo tipo, lo que provocó la actuación de la policía, que se empleó a fondo para reprimir a los vecinos, que son a su vez los damnificados por el desastre natural.
Ante el malestar ciudadano, sobre todo contra el presidente Sánchez, el rey Felipe y Mazón intentaron calmar a los vecinos para que se recuperara la tranquilidad.
El último reporte de fallecidos por las lluvias torrenciales en España se elevó a 214, la mayoría en Comunidad Valenciana -210-, tres en Castilla-La Macha y uno en Andalucía. La petición de ayuda sigue siendo un clamor en los pueblos afectados, si bien el gobierno autonómico decidió decretar la limitación de movimientos ante el aviso de más lluvias a lo largo del día, con lo que la alerta se elevó a color “naranja”, que es la anterior a la máxima, la roja. A pesar de la prohibición, miles de voluntarios decidieron saltársela y acudir a socorrer a los damnificados con agua, comida y herramientas para limpiar sus casas y calles.
Los equipos de rescate y efectivos del Ejército siguen trabajando en las zonas más afectadas por las lluvias torrenciales, sobre todo en aquellos puntos donde se han reportado una mayor concentración de potenciales desaparecidos, como en la localidad de Bonaire, donde hay un estacionamiento anegado de agua en el que se teme que haya personas fallecidas. El número es difícil de calcular, así como el paradero de las casi dos mil personas reportadas como desaparecidas y que ni el gobierno autonómico valenciano ni el gobierno central.
Entre tanto, en pueblos como Chiva, Paiporta, Bonaire y Benetusser siguen esperando más ayuda material y humana para despejar casas y calles y conocer exactamente el alcance de la tragedia. De ahí que a pesar de la prohibición decretado por el gobierno autonómico para que los voluntarios no acudieran a esas zonas ante el riesgo de lluvias intensas, la ola solidaria no se detuvo y siguieron acudiendo en masa con enseres básicos.
Pero el riesgo de una nueva DANA es real, tal y como lo anunció la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que advirtió que a partir de las nueve de la mañana hay aviso naranja en el litoral norte de Valencia, la zona cero, y el litoral sur. Además, hay aviso rojo por lluvias de hasta 60 litros en una hora en Almería y a lo largo del día, hay avisos naranja por lluvias Murcia, en el litoral de Castellón y en el de Tarragona. En varias provincias de Andalucía, como Almería y Granada, se empezaron a detectar desbordamientos de ríos y cauces, con lo que el riesgo podría ir en aumento a lo largo del día.
Una periodista de televisión, María Casado, confesó su estupor ante lo que estaba viendo durante su retransmisión: “Aquí hay familias que llevan dos y tres días sin agua y sin comida. Hoy ha empezado a llegar la ayuda, pero no la suficiente. Se sienten solos, se sienten abandonados, así después de cinco días, aquí han estado hasta dos y tres días sin llegar la ayuda. La realidad, y me van a permitir que sea tan franca, es que han vivido un puto horror. Es un puto infierno lo que están viviendo todas estas familias. Cinco días después y todavía la ayuda no acaba de llegar. Lo que nos piden son máquinas, piden que entre el Ejército, bombas para achicar el agua en los sótanos. Cuatro días y nos están contando que sólo ayer empezaron a recibir un poco de ayuda”.
El alcalde de Bonaire, Guillermo Luján, informó que la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya está trabajando, con buceadores especializados en tareas de rescate, en el estacionamiento de cinco mil 700 plazas que se encuentra totalmente inundado y donde se teme que haya víctimas mortales, ya que en el momento de que se ordenó el desalojo inmediato del lugar había alrededor de 700 personas. “Lo que vamos a encontrar puede ser desolador”, reconoció el alcalde al borde las lágrimas.
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