Al menos 10 mil asistentes disfrutaron del repertorio de temporada que la OSY ofreció.
A 10 días de la Navidad, surgió la esperanza y el milagro de la armonía, la paz y la convivencia entre los miles de asistentes al auditorio del parque de La Plancha, durante la presentación de la Gala Sinfónica Navideña a cargo de la orquesta estatal y el taller de ópera.
Portador de un mensaje de fraternidad y afecto en estas fechas decembrinas, la Orquesta Sinfónica de Yucatán y la Secretaría de Cultura y las Artes del gobierno del estado de Yucatán obsequiaron una velada que se convirtió en un auténtico banquete para el espíritu de más de 10 mil asistentes.
Los conciertos masivos por lo general desatan expresiones de euforia y catarsis colectiva, pero el de anoche, el de La Plancha, suscitó sentimientos de paz interior, alegría y afecto entre el público de todas las edades, incluso hubo abrazos y lágrimas por lo sublime de las interpretaciones.
Foto: Jesús Mejía
El ansia, el anhelo de retomar los valores de la convivencia, amistad y afecto se hicieron patentes en el programa que ofreció la OSY con temas que han perdurado en el tiempo como Villancico de las campanas de Mikola Leontovich y Festival Navideño y Viaje en Trineo, ambos temas de Leroy Anderson.
Bajo la batuta del maestro José Areán, los músicos y cantantes pusieron su parte para alentar, con sentimiento, cadencias sutiles y arte lírico, el espíritu navideño.
No cientos, sino miles de personas no pudieron ingresar al anfiteatro, por lo que ocuparon los andadores y puentes de los alrededores para formar parte de esta experiencia de vida
La orquesta estuvo a tono con las circunstancias, ya que la mayoría usó el gorro clásico, el timbalista David Martínez vistió de Santa Claus, el trompetista Rob Myers aportó el bramido de los renos y la sección de contrabajos lució el distintivo rojo en sus instrumentos.
Foto: Jesús Mejía
Tras la interpretación del conocido tema Green Sleeves de Ralph Vauhghan Williams, llegó un momento de gran emotividad con el popular tema El niño del tambor a cargo del coro y la orquesta, basado en el arreglo orquestal especial de Pedro Carlos Herrera, a quien el director Areán calificó como un talento musical yucateco.
El auditorio abierto de La Plancha se convirtió en una caja de resonancia al interpretar el público los populares temas de Campana sobre campana y Los Peces en el río, además de Adestes Fideles (en español, “Vengan fieles” o “Vengan que adoremos”) himno con texto latino usado en la bendición durante la Navidad.
Gran momento musical marcó la Sinfónica con la presentación de los conocidos pasajes de la Suite El cascanueces de Tchaikovsky con la marcha, Danza rusa, Danza China, Danza de los Mirlitones y El Vals de las Flores.
Optimista, contento, el maestro José Arean anunció todas las 12 obras del programa y expresó a nombre de la orquesta los parabienes por el año nuevo, en tanto que el público, hombres, mujeres y niños de todas las edades, incluso personas en silla de ruedas tararearon los temas populares y se sumaron con atención y emoción a la fiesta.
El gobernador Joaquín Diaz Mena se sumó a la fiesta del espíritu, igual la titular de Sedeculta, Patricia Martin Briceño, otros servidores públicos y legisladores.
En la parte final, del prolífico compositor del barroco, Antonio Vivaldi, la sinfónica y el coro del Taller de Ópera que dirige la maestra María Eugenia Guerrero interpretaron dos pasajes de esta joya de música sacra, el Gloria in excelsis Deo y Cum Sancto Spiritu, cuyos textos catalogados como RV 589 forman parte del canon de la misa y es el más conocido y popular entre los melómanos.
La OSY cerró con broche de oro con el Hallelujah del oratorio El Mesías, compuesta en 1741 por George Frederick Händel para conmemorar el nacimiento de Jesús, obra que ocupa un lugar especial en el repertorio de la Navidad, aunado al hecho de que fue revisado por Mozart y estrenado en 1742 en el New Music Hall de Dublín, Irlanda.
Todo un acierto de las autoridades estatal, en particular de Sedeculta, de convocar a la OSY y al taller de ópera así como al amplio público al disfrute de los bienes del arte y la cultura, esenciales para la convivencia y la armonía social.
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