Las autoridades informaron el domingo que han recuperado los restos de 55 de las 67 personas fallecidas en el desastre aéreo más mortífero en Estados Unidos desde 2001.
El jefe de Bomberos y Servicios Médicos de Emergencia de Washington, D.C., John Donnelly, señaló en conferencia de prensa que los buzos aún necesitan encontrar los cuerpos de otras 12 víctimas y están comprometidos con la recuperación digna de los restos mientras se preparan para retirar los restos de las aeronaves del río Potomac incluso a partir de la mañana del lunes.
“Reunir a quienes perdieron la vida en este trágico incidente es realmente lo que nos mantiene a todos en marcha”, dijo el coronel Francis B. Pera del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Los restos de las aeronaves se colocarán a bordo de camiones de plataforma para ser llevados a un hangar para una investigación más a fondo.
La conferencia de prensa se llevó a cabo unas horas después de que familiares de las víctimas visitaron el lugar del suceso justo a las afueras de la capital del país, y caminaron a lo largo de la orilla del Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, para conmemorar a sus seres queridos.
Docenas de personas llegaron en autobuses escoltados por la policía cerca del lugar en donde un avión de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del Ejército chocaron el miércoles, matando a las 67 personas a bordo. Los investigadores federales trabajan para reconstruir los eventos que provocaron el choque, mientras los equipos de recuperación se preparaban para sacar más restos del agua fría.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, dijo el domingo que quería dejar espacio a los investigadores de aviación federales para llevar a cabo su indagación.
Pero planteó una serie de preguntas sobre el choque mientras aparecía en programas de noticias matutinos en televisión.
“¿Qué estaba pasando dentro de las torres? ¿Había personal suficiente? … La posición del Black Hawk, la elevación del Black Hawk, ¿los pilotos del Black Hawk llevaban gafas de visión nocturna?”, preguntó Duffy en CNN.
El vuelo de American Airlines, con 64 personas a bordo, se preparaba para aterrizar desde Wichita, Kansas. El helicóptero Black Hawk del Ejército se encontraba en una misión de entrenamiento y llevaba a tres soldados a bordo. Ambas aeronaves se precipitaron al río Potomac después del choque.
Entre los pasajeros del avión se incluían patinadores artísticos que regresaban del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico 2025 en Wichita, Kansas, y un grupo de cazadores que regresaban de un viaje guiado
El sargento del Ejército Ryan Austin O’Hara, de 28 años, de Lilburn, Georgia; el oficial jefe de garantías Andrew Loyd Eaves, de 39 años, de Great Mills, Maryland; y la capitana Rebecca M. Lobach, de Durham, Carolina del Norte, murieron en el helicóptero.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) dijo el sábado que los datos preliminares mostraron lecturas contradictorias sobre las altitudes del avión y el helicóptero del Ejército.
Los investigadores también dijeron que aproximadamente un segundo antes del impacto, el registrador de vuelo del jet mostró un cambio en su inclinación. Pero no precisaron si ese cambio de ángulo significaba que los pilotos intentaban realizar una maniobra evasiva para evitar el choque.
Los datos del registrador de vuelo del jet mostraron una altitud de 325 pies (99 metros), con un margen de más menos 25 pies (7,6 metros), al momento del incidente del miércoles por la noche, dijeron los funcionarios del NTSB a los periodistas. Sin embargo, los datos en la torre de control mostraron al Black Hawk a 200 pies (61 metros), la altitud máxima permitida para helicópteros en la zona.
Aún no se explica la discrepancia.
Los investigadores dijeron que esperaban conciliar la diferencia con datos de la caja negra del helicóptero, la cual ha tomado más tiempo en recuperarse luego de que se inundó después de que el Black Hawk quedara sumergido en el Potomac. También dijeron que planean refinar los datos de la torre, que pueden ser menos confiables.
“Esa es nuestra tarea, averiguar eso”, agregó el miembro del NTSB, Todd Inman.
“Esta es una investigación compleja”, indicó el investigador a cargo, Brice Banning. “Hay muchas piezas aquí. Nuestro equipo está trabajando arduamente para recopilar estos datos”.
Banning agregó que el registrador de voz de la cabina del jet captó sonidos momentos antes del accidente.
“La tripulación tuvo una reacción verbal”, explicó Banning, y el registrador de datos de vuelo mostraba “que el avión comenzaba a aumentar su inclinación. Se pueden escuchar los sonidos del impacto aproximadamente un segundo después, seguidos por el final de la grabación”.
Las investigaciones de la NTSB suelen tomar al menos un año en completarse, aunque los investigadores esperan tener un informe preliminar dentro de 30 días.
Inman dijo que pasó horas reunido con familiares de las víctimas desde el desastre, las cuales pasan por un momento difícil, agregó.
“Algunos querían darnos abrazos. Algunos están simplemente enojados y furiosos”, indicó Inman. “Todos están dolidos. Y todavía quieren respuestas, y nosotros queremos darles respuestas”.
Más de 300 socorristas participan en el esfuerzo de recuperación en un momento dado, indicaron las autoridades. También se desplegaron dos barcazas de la Marina para levantar los restos pesados.
En Fox News Sunday, Duffy dijo que la Administración Federal de Aviación (FAA) investiga al personal en la torre de control del Aeropuerto Reagan.
Los investigadores dijeron que había cinco controladores en servicio al momento del choque: un controlador local, un controlador de tierra, un asistente de controlador, un supervisor y un supervisor en entrenamiento.
Según un informe de la FAA al que The Associated Press tuvo acceso, un controlador era responsable del tráfico de helicópteros y aviones. Esas tareas a menudo se dividen entre dos personas, pero el aeropuerto por lo general las combina a las 9:30 p.m., una vez que el tráfico disminuye. El miércoles, el supervisor de la torre las combinó más temprano, lo cual el informe calificó como “no normal”.
“La escasez de personal para el control del tráfico aéreo ha sido un problema importante durante años y años”, añadió Duffy, prometiendo que el gobierno del presidente Donald Trump abordará las carencias con “personas brillantes, inteligentes en las torres controlando el espacio aéreo”.
Con la nación de luto, un avión ambulancia se estrelló en Filadelfia el viernes, matando a las seis personas a bordo, incluido un niño que regresaba a México después de un tratamiento, y al menos a una persona en tierra.
También el viernes, la FAA restringió severamente el tráfico de helicópteros alrededor del Aeropuerto Nacional Reagan, horas después de que Trump afirmó en redes sociales que el helicóptero del Ejército estaba volando más alto de lo permitido.
“Estaba muy por encima del límite de 200 pies. Eso realmente no es demasiado complicado de entender, ¿¿¿verdad???”, escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social.
El accidente del miércoles fue el más mortal en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión se estrelló en un barrio residencial en el distrito de Queens de la ciudad de Nueva York, justo después de despegar del Aeropuerto Kennedy. El accidente mató a las 260 personas a bordo y a cinco personas en tierra.
Los expertos destacan regularmente que los viajes en avión son bastante seguros, pero el espacio aéreo congestionado alrededor del Aeropuerto Nacional Reagan puede desafiar incluso a los pilotos más experimentados.
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